Este artículo versa sobre el elemento de mayor importancia de nuestro hogar: el colchón. Podrás intentar ahorrar dinero comprando muebles de mayor o menor calidad, pero jamás deberías reparar en gastos a la hora de elegir tu sistema de descanso. Todos sabemos que una tercera parte de nuestra vida la pasamos durmiendo, esto es mucho tiempo y, ¿No crees que deberías tomarte tu tiempo antes de tomar una decisión?.
Si bien cada colchón nos puede ofrecer una longevidad diferente, está estudiado que a partir de los 10 años deberiamos empezar a pensar en el cambio. Normalmente nos damos cuenta del deterioro cuando queda patente externamente, pero en muchas ocasiones el deterioro interno, mucho menos visible, nos invitaría prematuramente a realizar el cambio.
No existen colchones milagrosos. Es decir, huye de toda publicidad engañosa del tipo: colchón reparador, terapéutico, etc... Un colchón, por muy buena calidad que te ofrezca, jamás podrá solucionarte un problema de salud: fibromialgia, reúma, desviación de columna, etc. Qué nunca se te olvide que si tienes un problema de salud, el lugar donde nos van a tratar de curar es en la consulta de médico, nunca en una colchonería.