Al diseñar tu dormitorio de matrimonio, es fundamental considerar los elementos que deseas incluir en el espacio. Es importante determinar si tu configuración se centrará principalmente en la cama y algunos muebles auxiliares, como cómodas, xinfoniers o escritorios, o si también necesitas incorporar un armario en la distribución. La presencia de un armario puede tener un impacto significativo en la organización y el almacenamiento de tu ropa y pertenencias, por lo que es esencial decidir si deseas incluirlo desde el principio.
Además de los elementos físicos, también debes pensar en la atmósfera y el estilo que deseas lograr en tu dormitorio. La elección de colores, materiales y decoración jugará un papel crucial en la creación de un ambiente acogedor y relajante. Considera tus preferencias personales y elige una paleta de colores que refleje tu estilo. Los elementos como la ropa de cama, las cortinas y las alfombras pueden aportar calidez y personalidad a la habitación. No olvides tener en cuenta la iluminación, tanto la natural como la artificial, para crear un ambiente agradable y funcional. Al abordar estos aspectos en el diseño de tu dormitorio, podrás crear un espacio que refleje tu personalidad y te brinde un refugio tranquilo y confortable para descansar.
Además, es esencial tener en cuenta la distribución del espacio y la ubicación de las ventanas y puertas al diseñar tu dormitorio. Estos elementos arquitectónicos pueden afectar la disposición de los muebles y la circulación dentro de la habitación, por lo que es importante planificar cuidadosamente la disposición para maximizar la funcionalidad y la estética.
Por último, no olvides prestar atención a los detalles que harán que tu dormitorio sea verdaderamente especial. Agrega toques personales, como fotografías familiares, obras de arte, cojines decorativos o plantas, para crear un ambiente que te haga sentir en casa y refleje tu identidad. El diseño de tu dormitorio debe ser una combinación de practicidad y estilo, donde puedas disfrutar de un espacio que fomente el descanso y la serenidad.
Decidir el tamaño de la cama
De entre todos los elementos que deseemos introducir en nuestra composición el único que es de medida intocable, es la cama. Deberás en primer lugar pensar en la medida del colchón que deseas poner. Te recomendamos 150 de ancho x 190 de largo, 135 de ancho x 190 de largo ya que suelen ser las medidas mas estandarizadas para todos los fabricantes de dormitorios y también para los de sistemas de descanso.
Medidas para el largo como 180 o 200 nos va a encarecer muchas veces innecesariamente el precio tanto de la cama como posteriormente en la compra del sistema de descanso (colchón, somier, canapé,...) y de la ropa para vestirla: sábanas, nórdicos,....
Así mismo medidas para el ancho de 140 o 160 que son una ruina para nuestro bolsillo, ya que son medidas importadas de otros países que las suelen vender grandes superficies dedicadas al interiorismo y la decoración y que nos obligan a comprar el resto elementos en estos mismos centros (colchones, almohadas, somieres, sábanas, nórdicos), ya que cualquier primera marca española dedicada al descanso nos cobrará un incremento notorio en relación a los estandarizados 135-150 de ancho.
¿Dónde poner la cama?
Una vez que tienes claro la medida de tu cama deberás empezar a analizar donde la colocarás teniendo en cuenta, si vas a poner un armario, que este no quede bloqueado al colocar la cama. Cabe resaltar en este punto, que si bien la cama tiene una medida de ancho fija (insistimos en la recomendación 150 o 135), a esta medida tendremos que sumarle algunos centímetros extras si vamos a colocar algún elemento de adorno tipo aro o bañera, canapé, tatami, etc.
En muchas ocasiones, es la habitación la que nos indica cual es el tipo de colocación de muebles que nos va a quedar mejor. Por ejemplo, si vas justo/a de medida podrás optar por no poner ningún elemento que te añada más tamaño, y una buena opción será poner una base tapizada que ocupa el mismo espacio que el colchón; mientras si vas sobrado/a de espacio puedes decidir colocar una bañera con gruesos más amplios. (En próximos artículos profundizaremos con ejemplos gráficos en este paso).
Cabezal y mesitas de noche
Otro apartado a tener en cuenta es el cabezal y las mesitas. Indistintamente de la estructura que elijas para tu cama: aro o bañera, canapé, tatamí, base tapizada, somier,... Con el cabezal tendrás más flexibilidad, ya que normalmente todos los fabricantes de dormitorios nos ofrecen un amplio surtido de modelos y medidas para adaptarlas a nuestro espacio y gusto.
Por lo tanto, únicamente tendrías que tener en cuenta la profundidad del cabezal en el caso de que el espacio que te queda a los pies de la cama no sea muy grande, y te decantarías por modelos con poco fondo.
Con las mesitas de noche pasa tres cuartos de lo mismo. Podrás elegir entre distintos modelos y medidas para adaptarlas a tu habitación. Si tienes espacio podrás jugar con opciones de varios módulos anidados y si vas corto/a de sitio podrás optar por módulos únicos.
Colocar el armario
Una vez posicionada la cama tendiendo en cuenta dejar espacio para la ubicación del armario, podrías pasar a analizar que tipo de armario te queda mejor en el hueco que te ha quedado.
Existen distintas opciones de armario en el mercado: puertas bisagras o normales, correderas, rinconeros, terminales, ... Será cuestión de analizar el espacio que queremos cubrir y determinar que tipo de opción lo cubre mejor.
Para saber más acerca de la elección de tipo de armario puedes echar un vistazo a la sección armarios
Cómoda, xinfonier, escritorio, espejo, galán de noche, percheros,...
Una vez ya tienes establecido donde pondrás el armario y la cama, deberás estudiar el espacio libre que te queda para poder poner los distintos elementos auxiliares que terminarán de vestir tu habitación de matrimonio: cómoda, xinfonier, escritorio, espejo, galán, percha, etc.